Será por lo bien que se alimentan en estos lares o que al otro lado del Estrecho la cosa está negra el caso es que con sus detritus y porquerías están dejando los parques y jardines hechos unos zorros. Según noticias fidedignas han aparecido piojos y pulgas bajo las florestas arbóreas, las chovas y gurriatos autóctonos se disculpan y los mícales amenazan con emigrar.
A parte de la falta de higiene pajaril los funcionarios de jardines no están por labores de limpieza y esperan que alguna nevada solucione el problema.
El Ayuntamiento calla: 'calla calla, comu quieris'.
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