Entre los albañales de la princesa Gumersinda se criaban las más hermosas y olorosas rosas, qué cosa -dijo la hermosa moza- con este pudor y color se m´encienden los mofletes de rubor.
Esas lindeces antiguas ocurrían cuando tintineaban las aguas cristalinas del regato, que hoy día tintinean los vidrios del Tintín en el tabernáculo, cuando sale la Luna y antes.
sábado, 5 de diciembre de 2009
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